martes, 18 de mayo de 2010

Mi esclavo predilecto




Tu cuerpo reclinado en sabanas pulcramente negras

Religiosamente apoyado en tus rodillas

Esparces Tu olor.

Tu excesivo vicio me impregna.

Desnudo te reduzco y sometido te rindes

A mi mirada.

Idilio ilimitado es tu renuncia bajo mis pies

Plasmo en tus nalgas la simetría del deseo

La estética de tu cuerpo es una reflexión

Coagulo el tiempo de tu esclavitud

Para que sea imperecedera ante

mi persona.

Tu cuerpo inerte, tus ojos confinados al dolor y placer;

la piel nacarada de tu sexo diligente y profundo.

A veces me pregunto: ¿Quién es el esclavizado?

4 comentarios:

lisebe dijo...

Donde el deseo es mutuo la esclavitud es lo de menos gozar es lo que importa en una posición o en la otra.
El placer es el amo y dueño de los dos..

Besos mi querida Odeya

Ricardo Miñana dijo...

Pienso como Lisebe, en el mutuo deseo del amor, no se puede hablar de esclavitud, un placer leerte.
feliz semana.

McQ dijo...

La respuesta a la pregunta final yo la tengo clara, cuando se me juntan las variables idoneas y las circunstancias; atrapado o esclavizado por ELLA, más embriagador cuando esta esclavitud es del alma, y no hay nada más pleno que sentirlo así.

McQ

Anónimo dijo...

La unica esclavitud que existe es la de las cadenas que nosotros mismos nos ponemos.
Te echo mucho de menos y te deseo lo mejor Wanda...
Manuel