viernes, 22 de enero de 2010

Me miro






La mujer no esconde el alma en un espejo.


El espejo muestra solo el ritual cotidiano, lo externo.


Pulcramente se adornan los defectos.


Pero cuando somos provocadas, se muestra reflejada, la verdadera naturaleza de lo que somos: Administradoras de los deseos del hombre.